viernes, 18 de enero de 2013


#tuitquisito Había una vez un dinosaurio despistado,
el dinosaurio siempre tropezaba y se caía. Era un dinosaurio muy listo pero no tenía ningún amigo.
Aquel dinosaurio lo pasaba muy mal, sus amigos se reían de él y siempre le tomaban el pelo robándole sus cosas.
El pequeño dinosaurio decidió continuar su camino solo.
Un día se encontró un pájaro loco.
Que iba volando por el bosque.
Estaba histérico porque le habían puesto un petardo en la espalda porque pensaban que sería un transporte eficaz.
El dinosaurio le preguntó quien se lo había hecho y el pájaro le dijo que fueron los humanos que lo habían secuestrado anteriormente.
El pájaro loco voló por los aires y cuando cayó al suelo, medio muerto, el dinosaurio se lo comió sin dejar rastro.
Lo hizo sin pensar, lo hizo por instinto, tenía hambre.
La última oportunidad que tubo el dinosaurio de tener a un compañero leal, se había esfumado.
El dinosaurio, deprimido, caminó por el bosque. Vio un precipicio y se tiró. Murió y en el cielo con su amigo se reencontró.